22 Dic Tiempo de Ocio vs Tiempo Libre
Tiempo de Ocio vs Tiempo Libre
Muchas veces hemos escuchado la frase “el ocio es la madre de todos los vicios”, pero, ¿qué tan cierto es? Y en todo caso, entonces es da, pues vicios pareciera que hay muchos. Ahora bien, no es lo mismo tener tiempo de ocio a tener tiempo libre, ¿por qué? Empezaré por el segundo, ya que es más sencillo, quizá, de explicar. Si bien el tiempo, es una unidad de medida creada por el ser humano para contabilizar lo que llamamos vida; proviene del latín “temporis” o “tempus”, que significa momento, ocasión, estado determinado, es decir, una sucesión de estados o eventos por los que pasa la materia. Esto último hizo que su unidad básica sea el segundo, del latín “sequire” que significa “seguir” o “lo que sigue”. Un segundo es la duración de 9,192’631,770 oscilaciones de la radiación emitida del isótopo 133 del átomo de cesio (133Cs), a una temperatura de 0 grados Kelvin, al parecer conocida o descubierta por Max Planck desde 1899. Se nos va la vida en ello, en el tiempo. “Libre”, por su parte, viene de “libero” o “que tiene libertad”, es decir, la cualidad de no estar bajo el yugo o acción de otro ente. Por lo que, hablar de “tiempo libre” es hablar de la sucesión de eventos en los que yo decido cuáles serán dichos eventos, los que pueden estar relacionados al ocio, pero también a cualquier otra cosa, como a los vicios, por ejemplo. Entonces de primera instancia Ocio y tiempo libre, no son lo mismo.
Ocio
Antes de entrar al Ocio como tal, mencionaré su negación, sí, lo contrario al ocio, se llama Negocio, que viene del prefijo “nec” que significa “no”, “contrario” y de la raíz “otium” que significa “ocio”. Así, en la época del imperio, todo aquello que no generaba ingreso monetario a la familia; hay que recordar que antes todos los negocios eran familiares y herencias de oficio, todo eso era considerado Ocio, pero no precisamente tiempo libre. Al paso del tiempo el capitalismo se adueñó de la palabra negocio tal y como hoy la conocemos, si no se hace dinero no hay negocio. El Otium por su parte, se pronunciaba en griego como “scholé”, de donde procede el término latino “schola”, que dio a su vez origen a los vocablos “escuela”, “school”, “école”, “scuola”, “Schule”, etc. Esto debido a que se pensaba que la manera más honrosa de pasar el tiempo libre es educando la mente, adornándola con lecturas bellas y formándola con reflexiones profundas. Séneca nos dejó dicho que “el ocio sin letras es la muerte y la sepultura de una persona viva” y ya antes de él, Cicerón nos había querido recordar que “no hay momento inepto para cultivar nuestra mente y nuestra humanidad”, cuando afirmó que “estos ocios nutren la juventud, deleitan la ancianidad, son ornamento en la prosperidad, refugio y consuelo en la desgracia; entretienen dentro de la casa, no estorban fuera de ella, pernoctan con nosotros, y con nosotros viajan y nos acompañan al campo”. Esto explica por qué en culturas con alta influencia latina, llegaron a existir frases como “tocando el piano te vas a morir de hambre”, o “no se puede vivir bien de eso”.
Precisamente porque heredamos la idea de que Pintar, Esculpir, Escribir, Reflexionar, Componer una melodía, Cantar, Recitar y muchas otras más actividades no generan dinero, es decir, no se lucra con ellas; y efectivamente para los romanos esas actividades eran parte del Otium, del Ocio, eran ociosidades. Como sociedad fuimos demeritando socioeconómicamente a los que no tenían un negocio, pues tenían menos dinero, por muy bonito que cantara, era pobre y no quería que mi hija se casara con él. Esto ayudó a que los practicantes de dichas ociosidades fomentaran sus vicios y cayeran en la desgracia. Por eso es que en dichas disciplinas es muy difícil sobresalir, porque no estamos, culturalmente e históricamente hablando, preparados para reconocer dichas capacidades en el prójimo. Por un México de igualdad de oportunidades y por una sociedad más justa y pacífica, es que debemos aplaudir cuando tenemos al lado a un artista, alguien que se atreve a usar su tiempo libre en la práctica de las artes liberales. Es cuánto.
Luis Lúcia
LUXIA – Capacitación y Consultoría
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