06 Nov Los Problemas…
El primer paso para resolver un problema es reconocer que existe, pero se necesita algo más: aceptar cómo nuestras actitudes, palabras o acciones contribuyen a hacer más grande una situación difícil.
Identificamos perfectamente cómo los otros (pareja, hijos, padres, compañeros de trabajo, amigos) se equivocan, y esperamos que cambien, cuando lo único que está bajo nuestro control es nuestra propia transformación.
En mis conversaciones terapéuticas pocas veces obtengo una contestación precisa a la pregunta de cómo lo que ellos mismos hacen empeora las contrariedades. En el mejor de los casos, este cuestionamiento desconcierta, y en el peor, nunca encuentran la respuesta. La idea generalizada es que las complicaciones sólo son generadas por los demás, lo que deja en la oscuridad la propia participación en las dificultades.
Cuando te encuentres con un evento que esté alterando tu bienestar, en lugar de sólo culpar, hazte esta pregunta:
“Y yo ¿cómo he contribuido a que este problema se haya hecho más grande?”.
Así, una buena parte de la solución estará en tus manos.
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