23 Mar Equinoccio de Primavera
Equinoccio de Primavera
La observación, fundamento del método científico, ha acompañado al ser humano a lo largo de su historia, con el único objetivo de poder explicarse los fenómenos que suceden a su derredor. Considero que no hay más impresionante, ni mejor, espectáculo para el ser humano de la antigüedad, y quizá para el actual también, que el hecho de ver a la naturaleza manifestarse. Así, con la observación, desde tiempos remotos, el ser humano se dio cuenta, por medio de las sombras, la temperatura ambiente, el comportamiento de los animales, y lo que el mismo ser humano sentía, que había obscuridades, llamadas noche, con la misma duración que su día correspondiente y que el resto del año eran distintas en tiempo.
Que estas variaciones coincidían con el lugar de la salida del sol, que se alejaba del punto cardinal Este hacia el Norte y el Sur, alternativamente. Este conocimiento solo empírico del ciclo de las estaciones era de la mayor importancia para la agricultura. En sociedades más avanzadas, como Babilonia o el Egipto de los faraones, el cómputo del tiempo y la observación del ciclo de los astros dieron lugar a la formación de los primeros calendarios, como el babilónico, basado en la Luna, y el de los egipcios, que fue el primer calendario solar.
Sin tener la menor idea del sistema solar como conjunto de planetas que giran alrededor del Sol, estos pueblos verificaron que el comienzo de la primavera y del otoño ocurría cuando el astro se encontraba sobre la línea del Ecuador, en el centro de su trayectoria anual hacia el norte y el sur, y los latinos llamaron “aequinoctium” a los días en que eso ocurría. En América también tuvimos nuestras impresiones astronómicas e igualmente nuestros estudios al respecto, no de casualidad nuestros ancestros dedicaron construcciones enteras al Sol y otra a la Luna; aparte de colocar cada una en distinto lugar, pues eso indica que estaban conscientes de sus ciclos y distancias.
Significado
“Aequinoctium” nos dio “Equinoccio”, se formó a partir de dos palabras latinas: a) el adjetivo aequus ‘igual’ –el mismo que encontramos en equilátero ‘de lados iguales’ y en equidistante ‘situado a igual distancia’– y b) nox, noctis ‘noche’, o sea, ‘el día en que la noche es de igual duración que el día’. Instante en el que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días son iguales a las noches en toda la Tierra, lo que ocurre anualmente alrededor del 21 de marzo, llamado Equinoccio de Primavera, y del 22 de septiembre, llamado Equinoccio de Otoño. Palabra que se conoce desde casi mil años antes de cristo. En los escritos de Pitágoras ya existía la palabra en latín con el significado que ya tenemos hoy y que al parecer no ha cambiado.
Rituales
Dada la distancia entre el Sol y la Tierra y el tiempo entre día y noche; estas fechas se convirtieron en clave para la renovación de ciclos, pues era notorio, sobre todo en primavera, que todo volvía a florecer y que esa cantidad tan grande y equitativa de radiación solar hacía que fuera de forma controlada, por usar una expresión.
Así es como éste momento astronómico y natural se convirtió en una fecha importante y de veneración para el ser humano. Dentro de las creencias con fundamento solar, existen ceremonias dedicadas, en éstas fechas, a dar gracias al Sol por llenarnos de energía, la gente se viste de blanco y asiste a lugares conocidos como centros ceremoniales a fin de llevar a cabo dicha carga de energía solar.
Pero lo mismo sucede con los de creencias con fundamento lunar, solo que lo hacen de noche. Por un México de Paz, por un México de armonía, es importante conocer los fenómenos naturales que fundamentan las creencias de nuestros hermanos mexicanos, eso nos permitirá fluir como sociedad. Es cuánto.
Luis Lúcia
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