10 Jun Aprendamos a sustituir
¿Ya te diste cuenta que tenemos una gran capacidad para identificar y expresar lo que no nos gusta ni deseamos, pero se nos dificulta enormemente describir de manera específica lo que sí nos gusta y sí queremos? De esta forma, la mayor parte del tiempo estamos pensando y hablando de cosas negativas, lo que dificulta nuestras relaciones interpersonales, impacta en nuestras emociones, e incluso, en nuestra salud. Para ayudarte, haz este ejercicio: Cada vez que pienses o hables de algo que te disgusta, intenta describir con exactitud con qué lo quieres sustituir.
Por ejemplo: “Me molesta que nunca ayudes en nada con los niños”, puedes sustituirlo por: “¿Ayudas a bañarse a la niña mientras termino de darle de cenar al niño?” o en lugar de “Me choca que me hables así”, puedes decir “Me siento mejor cuando me hablas con cordialidad”. Tal vez tu interlocutor no responda siempre como tú quieres, pero al menos ya sabe con claridad a lo que aspiras y esto eleva la probabilidad de que obtengas lo que deseas. Además, así puedes evitar que se desencadene una discusión. Cuida tus pensamientos y tus palabras, de ahí se derivan tu estado de ánimo y tus sentimientos.
Mtra. Luz del Carmen Vargas
#mejorandolacalidaddelavida
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