01 Sep Somos seres únicos por esos pequeños detalles
Somos seres únicos por esos pequeños detalles
La percepción de la realidad es muy distinta de un humano a otro y debido a cómo reaccionamos a ella es que inician desde discusiones hasta guerras por un lado y por otro desde investigaciones hasta indiferencia total de lo que nos acontece. Dada esa falta de percepción semejante es que hemos comprado la idea, nuevamente, de que somos seres únicos, que todos somos diferentes y que por eso valemos mucho; aunque la frase en estricto sentido es “cada cabeza es un mundo”, no cada persona. El físico biólogo Riccardo Sabatini en una de sus últimas ponencias en la red, explicó con cierto lujo de detalles que el 99.9% de la constitución genética de los seres humanos, es decir, lo que hace a Luis que sea un humano, y lo que hace Ana que sea un humano, el 99.9% es exactamente la misma información genética, pero lo que hace que Luis sea Luis y sea diferente de Ana, así como lo que hace a Ana ser solo Ana, es el 0.1% de nuestra información genética.
Así que, somos seres únicos por una muy pequeña estructura de nuestro ser.
Esto se puede ver desde varios puntos de vista, el meramente genético, es decir, la información y partes que generan un ser; pero desde el punto de vista de la ley existe entonces todo un sustento científico-genético para que las leyes sean iguales para todos, puesto que el 99.9% de nuestra constitución humana es exactamente la misma; pero ese 0.1% ¿dónde está? Si bien está en mi color de piel, en mi color de ojos, en mis habilidades lingüísticas, etc., también está en mis habilidades cognitivas así como en la serie de paradigmas con los que nací, o mejor dicho, los que adquirí en el circulo en el que nací, desde el equipo de futbol, pasando por la religión que profeso, así como la autoestima que pueda tener, ese 0.1% se va dividiendo y dividiendo cada vez más y más. Al punto en que si alguna vez hemos cuestionado si un solo acto de una sola persona puede cambiar al mundo, y si esa persona puedo ser yo, la respuesta es simple: Sí. ¿Por qué? Porque desde el punto de vista constitución genética de un ser humano es muy poco lo que hay que cambiar/ajustar, pero es tan pequeño y quizá evidente que no lo vemos, está ahí, una simple actitud, una simple forma de pensar hará que esa sección perteneciente a ese 0.1% cambie.
“La biología de las creencias” de Bruce Lipton de hace alrededor de 10 años sostiene, y poco a poco la ciencia ha ido comprobando cada uno de sus postulados, que “no son las hormonas ni los neurotransmisores producidos por nuestros genes los que controlan nuestro cuerpo y nuestra mente, sino nuestras creencias”, es decir, lo que pensamos y nos convencemos de ello. Ahora bien, no se trata de “dominar” mi mente y creerme que soy rubio, cuando realmente soy moreno, y que entonces poco a poco mi piel se tornará “blanca”, no, ¿por qué? Porque eso está controlado por una buena sección de ese 0.1%, ya identificada y clasificada; pero el resto es la percepción de mi realidad, está en mis creencias el poder ser feliz con lo que tengo, está en mis creencias el ambicionar tener otras cosas, estudiar, aprender, aceptar otras realidades como ciertas, etc., esas cosas que frustran que podamos convivir en paz una buena cantidad de homo sapiens, está ahí en alguna parte de ese 0.1%. Pero el primer paso es aceptar que cada uno de nosotros no somos tan únicos como pensábamos, un acto de humildad social difícil de cuantificar, pero que estoy seguro que una vez que vea en mi prójimo alguien 99.9% parecido a mí, lo trataré distinto. Es cuánto.
Por: Luis Lúcia
LUXIA – Capacitación y Consultoría
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